Ouya fue una consola de código abierto. Funcionaba con Android 41. Pero, luego de ser un éxito, se desinfló a un ritmo acelerado. La consola de software libre cayó lentamente en la desgracia. Hoy en Aplicaciones y Tecnología vamos a examinar de cerca lo que llevó poco a poco a esta consola al desastre.
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¿Qué era Ouya?
Se trataba de algo interesante: una consola abierta basada en Android. En agosto de 2012 apareció en el mercado. En dos meses, consiguió recaudar 8,5 millones de dólares. 63.416 personas apostaron por el producto en Kickstarter. Uno de los principales problemas comenzó ahí.
Muchos donadores de la compañía que dieron dinero para la fabricación de Ouya, recibieron su producto con retraso. Con el agravante de que lo obtuvieron luego de que estuviera en el mercado.
Recordemos que Kickstarter es una compañía de micromecenazgo. Es decir, ayuda en la financiación de proyectos que van desde películas independientes hasta videojuegos. Por lo que, si un mecenas puso su dinero en ti, debes darle la exclusividad de probarlo antes que el resto.
¿Qué caracterizaba a Ouya?
Sobre las especificaciones técnicas, tenía 1.7 GHz Quad-Core ARM Cortex-A9, 1 GB RAM de memoria, 8 GB de memoria flash, contaba con conectividad Wi-Fi 802.11 b/g/n, puerto USB 2.0, Bluetooth 4.0, HDMI 1080p, 1080i, 720p y, obviamente, Google Play.
Entre las características, la mejor era el precio, costaba 99 dólares. Además, los videojuegos tenían una parte gratuita. Pero, los usuarios encontraron otra ventaja. La consola era fácil de hackear. Por lo tanto, cualquiera podía desarrollar su propio juego.
De hecho, los desarrolladores deseaban ofrecer una consola libre para todo mundo. Tenía la posibilidad de ser hackeada sin perder la garantía.
Los juegos para Ouya
En aquel momento, los mejores juegos para esta consola eran Beast Boxing Turbo, Ice Rage, Canabalt, The Ball y Final Fantasy III. Aunque, había un poco para todos, también podían jugar Striker Soccer Euro 2012.
Todos los juegos tenían diferentes precios, dependiendo obviamente de la compañía que los desarrollara.
Recordemos que Final Fantasy es un videojuego de rol. Lo desarrolló Square. La parte III de la exitosa saga, fue lanzada en 1990. El juego fue lanzado originalmente para Nintendo. Pero, en la actualidad se puede jugar en Android, iOS, Wii U, Windows Phone y en Ouya.
Problemas técnicos de la consola
Lo que no se podía ignorar eran sus deficiencias técnicas. La principal era en el desarrollo del mando. Para octubre de 2013 se lanzó Ouya 2.0, una nueva versión que incluía un hardware para mejorar el fallo. Esto fue pocos meses después del lanzamiento.
Por otro lado, la idea de desarrollar consolas que funcionasen con Android la tomaron empresas como Amazon. Entonces, lanzaron al mercado distintos productos similares. Es decir, aumentó la competencia.
Al final, la muerte lenta de Ouya terminó en que los desarrolladores de la consola iniciaran la venta, del equipo técnico y el desarrollo de software y hardware.
La condena al fracaso
Pese la consola llamó la atención desde el principio, estaba condenada al fracaso. Ya existen dispositivos Android que permiten ser conectados al televisor. Por lo que, la finalidad de Ouya recaía en ser solo una consola de emulación de precio bajo.
En Norteamérica, en su mes de lanzamiento, apenas se vendieron 19.000 consolas. El número es sumamente bajo, pese a que la empresa detrás de la consola se dedicó a las ventas online. Pero, quizá el principal problema era que el 73% de sus usuarios no compraron juegos.
En la mayoría de los casos, solo usaban la consola para jugar emuladores. Android dispone de una amplia gama de emuladores, por lo que, una consola barata como Ouya era una opción más que notable para este objetivo.
Aunque sus características técnicas no eran buenas, su precio era notable. Pero, eso no mantiene a una consola en el mercado, sino algo más valioso e importante, la venta de juegos que no se dio con la fuerza que se esperaba por parte de la empresa.
Esta consola pasó de ser estrella de la plataforma de Kickstarter a un futuro catastrófico. Lo principal que lo derrumbó, fueron las pobres ventas de hardware y las ínfimas ventas de software.
Críticas y competencia
El éxito de la consola fue tal que aparecieron otros dispositivos similares en el mercado. Estos fueron el GameStick a principios de 2013, GamePop y Mad Catz en junio del 2013.
Durante su pre lanzamiento, Ouya fue criticado por los primeros revisores. The Verge lo describió como inacabado. Hubo quienes se preguntaron:
¿Por qué los consumidores adquirirían algo que emulada a sus teléfonos móviles? Esos que ya tenían hacía años. Porque, los móviles Android ya, para ese momento, eran una cosa normal.
Los usuarios, por su parte, se quejaban en los retrasos de las respuestas de los controles, bloqueos en los botones y desconexión de las placas. Julie Uhrman, CEO de OUYA, aseguró que estaba escuchando las críticas. Esperaba conseguir soluciones y optimizaciones generales.
¿Qué vino después de Ouya?
Luego del lanzamiento de la consola, la compañía hizo esfuerzos por mantenerse en pie. Uno de ellos fue asociarse con Steam. La idea fue que los juegos no fueran exclusivos para la consola, sino que pudieran jugarse en otras plataformas.
Así nació Ouya Everywhere. Para el momento, tenían 675 títulos y 100 eran exclusivos de la consola. Pero, más adelante fue comprada por Razer.
Sin embargo, tras años de intentar salvar la consola, 6 años después del lanzamiento, se despidió del mercado. El 25 de junio de 2019 la tienda virtual cerró. Los propietarios informaron a todos que se despedían del mercado.
Los usuarios ya no podían acceder a los juegos comprados, ni a las cuentas, ni adquirir otros títulos. En las FAQs del servicio especificaron: «Las tiendas de juegos Forge TV, OUYA y MadCatz MOJO ya no son compatibles y, por lo tanto, se cerrarán».
Por lo tanto, la consola pasó a ser un decodificador de Android TV. De esta forma, quedó marcado en la historia el fracaso de la consola.
¡Un proyecto que no terminó de despegar!
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